top of page
  • Juan Pablo Trombetta

Carta de amor tardía.

“Todas las cartas de amor son ridículas.

No serían cartas de amor si no fuesen ridículas”.

Fernando Pessoa

Cuando nos conocimos con Horacio, en los albores de este siglo, pidió formalmente mi mano a papá. Mi padre le dijo que yo estaba en pareja con Albert, que estaba presente en ese mismo lugar. Entonces le pidió mi mano a Albert que le recordó que él estaba en pareja con Norma, que también estaba allí. Todos nos reímos y Horacio siguió pidiendo mi mano durante años. En este año en el que perdí a mi madre, a mi padrino, a mi jefe y amigo, perdí también a mi eterno prometido. La muerte, como dice Benedetti, comienza a ser la nuestra. Entonces, como cada vez en estos años que vamos perdiendo a tanta gente querida, me escribo con Juan Pablo y le pido un lugar en este Chasqui que tantas veces disfrutó de la escritura de Horacio Taranco, de su humor superlativo, de su capacidad infinita de narrar historias, para escribir unas palabras. Horacio fue un gran pez y la nuestra, una gran historia de amor.

Querido Horacio:

Te escribo estas últimas palabras ahora que ya no podés leerlas, ahora que Albert ya no está y papi ya no está. Te escribo ahora que mami no te espera con sus cafecitos y nos queda solo Norma de testigo. La hermosa, insuperable y descarada Norma, con su cabello negro y su voz ronca, con su sonrisa de desparpajo y la sensualidad a flor de piel. Norma que te seguía y te frenaba, que te cuidaba y acompañaba. Norma, la compañera de viaje y de libros, de series y de vinos. Norma toda ella un monumento a la mujer. Todos sabíamos que si no avanzabas en tu pedido de mano era por Norma, tu amor hermoso por Norma. Yo los miraba y los envidiaba un poco. Yo quería ser Norma. El día que nos conocimos hablamos de libros y de escritura y la última vez que nos vimos seguíamos hablando de libros y escritura. Leímos y corregimos tus novelas, las novelas de otros, los proyectos inconclusos. Nos unía el amor por las palabras. En un universo paralelo en el que no hubiera Normas o Alberts yo hubiera dicho sí a ese pedido de manos. Todos lo sabíamos, mami, papi, Albert, Norma, vos y yo. Y es que estar con vos para mí era lo más normal del mundo. Amaba escuchar las anécdotas de tus viajes con Norma, tus anécdotas de trabajo, las historias de los remates, los relatos de los conflictos familiares o del pueblo. Todo iluminabas con palabras y eras tan divertido y tan caballero y tan pícaro y tan atento. Siempre sentí que me cuidabas y tus consejos eran siempre acertados. Me encantaba que fueras tan fanático de Racing y que se te nublara el entendimiento cuando hablabas de tu camiseta. La vehemencia de tus pensamientos políticos y la vuelta de tuerca que siempre encontrabas para cerrar tus argumentos con esa memoria prodigiosa en la que podías citar a políticos o periodistas. Mas tarde, me escribías cuando me escuchabas en la radio y me corregías o agregabas datos. Como una novia por correspondencia, esperaba esos correos electrónicos en los que intentábamos replicar las largas horas de charlas en las mañanas o las madrugadas del restaurante porque para mí era imprescindible tu opinión. Gestaste en mí mucho de lo que soy hoy como lectora, como observadora de la realidad. Fuiste como un maestro indisciplinado, desopilante, tan pero tan inteligente.

Puedo seguir escribiendo por horas pero quiero detenerme en el amor y en las mil formas del amor. Y creo que eso es lo que te caracterizaba, fuiste capaz de amar de mil maneras a los lugares y a las personas. Amabas la política y la literatura, viajar y hacer amigos, amabas a Norma y era un amor que se podía ver. Y yo fui muy afortunada por haberte conocido y me sentí muy honrada de tu pedido de mano. Ese señor alto, esbelto y bon vivant que conquistó mi corazón para siempre y me hizo comprender que cuando uno ama lo dice, que cuando uno se enoja lo dice, que cuando los que nos aman nos hieren lo decimos y que la palabra es el instrumento del amor más a mano que tenemos.

Horacio, te doy mi mano para siempre y con ella te entrego mi corazón.

tu Tana



1 visualización0 comentarios
bottom of page