(Nota de la redacción: Esta compostera se logró gracias a la iniciativa de la Sociedad de Fomento y al esfuerzo de muchos vecinos).
Hace mucho tiempo atrás, más de tres décadas, hemos visto al Doc Emmett Brown evolucionar el mejor de sus inventos y dejar de necesitar plutonio para hacer funcionar el condensador de flujos, y aprovechar materia orgánica y otras “basuras/residuos” de la época para ponerlo en funcionamiento.
En ese entonces, era todo parte de la ciencia ficción, un mundo muy lejano de fantasía que distaba bastante de la realidad. Sin embargo, hoy, en el año 2023, sabemos que con aceite vegetal usado podemos generar combustible, y que con materia orgánica que antes era basura ahora podemos generar cosas útiles. Eso que menciono es parte del sueño hecho realidad de la compostera comunitaria de Mar de las Pampas.
En el mundo de hoy, una de las problemáticas socioambientales más importantes, aunque a muchas personas les cueste verla, es la gran generación de residuos y su posterior administración
Habitualmente, quienes vivimos en una comunidad y en una aglomeración, solemos juntar nuestros residuos y los depositamos en una bolsa/tacho que alguien, alguna institución, luego retira y se lleva a algún lugar para que no veamos a dónde va todo eso que consideramos desperdicio, inútil, basura, ya no usable, al menos para nosotros.
Estos últimos años, décadas, por suerte para nosotros, hemos entendido y aprendido que mucho de eso que consumíamos y luego tirábamos podía tener otro destino final. Así fue que empezamos a separar plásticos, vidrios, papel, cartón, madera, ropa, telas y también artefactos eléctricos y electrónicos. Muchos de esos materiales podían ser reutilizados para otros fines, podían ser reciclados y vueltos a convertir en el mismo producto que habían sido antes, y también adoptarlos a usos culturales que impidiesen ser considerados basura y terminasen en rellenos sanitarios, en basurales a cielo abierto, a los costados de los caminos que solemos recorrer o simplemente flotando en los océanos y llegando a las orillas en clara demostración de lo dañinos que somos o podemos ser para el planeta y para nosotros mismos.
Pudimos mejorar entonces. Pudimos entender nuevas palabras, conceptos y formas de vida que nos enseñaron a reducir consumos innecesarios, reutilizar productos, empaques y materiales, y reciclar otros para darles un nuevo uso. Es cierto que, además, podríamos comprender qué pasa con esas instituciones que se llevan nuestros residuos, el rol social y productivo que tienen esas otras instituciones que retiran eso que antes era basura y ahora son recursos y todo el abordaje de su administración, pero eso podríamos retomarlo en otra nota y análisis.
Sin embargo, nos falta saber qué podemos hacer con toda esa otra parte de “basura” que aún hoy generamos: la materia orgánica, esas cáscaras de frutas y verduras, esa yerba usada, esos restos de café, esas hojas que se nos acumulan en la entrada, el patio o el balcón. Todo eso es lo que irá al compostaje y nos dará un nuevo producto, un nuevo uso.
El compostaje, en pocas palabras, es un proceso por el cual se genera una descomposición controlada de materia orgánica que nos brindará una nueva materia orgánica con nutrientes capaz de servirnos para otras nuevas plantas, para otros cultivos y para, en definitiva, generar menos basura que antes. Para aprovechar los recursos que ya tenemos.
De esta manera, estaremos reutilizando todos esos productos que, de otra manera, serían residuos y terminarían en nuestra bolsa/tacho, pero ahora conformarán un nuevo producto que será el abono y tierra de nuestro jardín, nuestra maceta, nuestro balcón, cantero o el de otra persona que lo pueda necesitar.
Está claro que no es juntar todo eso, ponerlo en un recipiente y sacarlo en cinco días para nuestras plantas. Necesita atención, conocimiento y algunas acciones de cuidado e interés, pero les puedo asegurar que vale la pena. Sus plantas, su tacho de basura, el mundo y vuestra conciencia ambiental se los agradecerán.
No puedo prometerles que al compostar puedan viajar en el tiempo como “el Doc”, aunque sí seguramente puedan imaginarse futuros paralelos con un mundo mejor, más limpio, más sustentable, más ecológico y menos egoísta. Y ese mundo será cada vez “menos paralelo e irreal” y será más el mundo en el que vivimos y lograremos transitar.
Ése es uno de los logros que se piensa y se busca al haber podido instalar y llevar adelante la Compostera Comunitaria de Mar de las Pampas. Éste es sólo el comienzo, y ojalá sea el comienzo de algo mucho más grande; y, dentro de unos años, estemos hablando de muchas composteras comunitarias e individuales que generaron y seguirán generando nuevos estilos de vida, una nueva forma de ver los recursos, la energía y la interacción con la naturaleza: nuestro ambiente.