Hace años que los fans de Dylan tenemos la esperanza de llegar alguna vez a comprenderlo; décadas esperando que se despeje finalmente la incógnita y todo adquiera su preciso lugar. Como si fuera posible encontrar una suerte de aleph borgeano desde el cual en un mismo instante, al mismo tiempo, escuchar y comprender todas las canciones de Bob Dylan, todas sus conductas, todos los constantes cambios del más enigmático de los músicos vivientes.
Estos últimos meses volvimos a ilusionarnos con las dos novedades dylanianas: su nuevo libro, “Filosofía de la canción moderna” (ya traducido al español pero aún sin edición local, ¿lo hará Anagrama para esta Feria del Libro?), y el lanzamiento de “Fragments”, largo registro de las sesiones de grabación de “Time ouf of Mind”.
“Filosofía de la canción moderna” es el tercer libro del ganador del premio Nobel de Literatura 2016 (que no ganó por eso, sino por sus canciones y, como es su costumbre, no dijo nada ni fue a recibirlo, apenas mandó una carta de agradecimiento). El primero fue “Tarántula”, en los años sesenta, muy en el registro de la Generación Beat. Luego, en 2004 apareció “Crónicas volumen 1”, una suerte de autobiografía, hecha de recortes de determinados momentos de su carrera. Y cuando todos esperaban la “anunciada” segunda parte vuelve a hacer un truco de prestidigitación y en lugar del volumen 2 aparece esta “Filosofía de la canción moderna”. Vaya a saber por qué incluyó la palabra filosofía, ya que poco hay de eso, pero sí mucho de la pasión que produce el escuchar música. Otra vez el concepto es fragmentado, en este caso, es una selección, arbitraria, caprichosa, gustosa, de 66 canciones, ninguna suya, sobre las que habla, opina, rememora, paladea palabras, construye ideas, y sobre todo invita a escucharlas nuevamente. Como si hubiera convertido en escritura el Theme Time Radio Hour, aquel programa radial y temático de hace unos 15 años.
En el libro también hay definiciones o consejos: “Una buena parte del escribir canciones, como toda escritura, es editar, destilar las ideas hasta lo esencial. Los escritores novatos a menudo se esconden tras filigranas. En muchos casos el arte está en lo no dicho”, escribe sobre “Pancho and Lefty” tema de Townes Van Zandt tomado aquí en la interpretación de Willie Nelson y Merle Haggard.
Hay alusiones y miradas sobre el mundo como cuando escribiendo sobre “My Generation”, tema clásico de The Who, dice: “Hoy es común ver películas en un teléfono. Así, si ves a Gloria Swanson en el papel de la decadente estrella de cine Norma Desmond (está hablando de “Sunset Boulevard” claro) proclamar desde la palma de tu mano “Yo soy grande, son las fotos las que se hicieron pequeñas” hay allí capas de ironía que el guionista y director Billy Wilder jamás podría haber imaginado”, y remata aclarando que se imagina que quien mira en celulares buscará algo más veloz en Tiktok y no una película de 110 minutos en blanco y negro.
Otra, hablando del “Pump It Up”, de Elvis Costello: “Conocer la historia de vida de un cantante no ayuda particularmente a entender la canción. Es lo que te hace sentir una canción a vos sobre tu propia vida lo que es importante”.
La otra novedad reciente es la edición de “Fragments”, 60 temas en cinco discos en la edición normal (en la de lujo especial son ¡12 vinilos!; y sí está en Spotify aunque la standard y más desordenada). Es, como corresponde, una edición para fans, porque pueden allí escucharse versiones alternativas de los temas de “Time out of Mind” el disco de 1997, con joyas como “Love Sick”, “Not Dark Yet”, “Cold Iron Bound” a los que les va encontrando la vuelta, toma a toma. Quizás el más interesante (sobre todo para los que disfrutan también de que en vivo reversione sus temas haciéndolos casi irreconocibles) son los muchos intentos con “Mississippi”, un tema que finalmente recién apareció en el disco siguiente, “Love and Theft”. Es, sin ninguna duda, otra forma de mirar, de tratar de entender los secretos de la canción, en sintonía con el libro de alguna manera.
El festín dylaniano puede completarse con “Rolling Thunder Revue: a Bob Dylan Story by Martin Scorsese”, documental del gran director norteamericano, disponible por estos días en Netflix, sobre la gira de 1975 y 1976 en la que Dylan convocó a una serie de músicos para recorrer en ómnibus los Estados Unidos, cual gitanos errantes, tocando en las ciudades y pueblos por los que iban pasando casi sin previo aviso.