- Juan Pablo Trombetta
El Irlandés. Por Juan Martín Trombetta
El 16 de junio de 1983, la pelea por el título mundial superwelter entre Roberto Durán y Davey Moore encabezó la velada en el Madison Square Garden. Entre las peleas previas, destacaba una joven promesa de 22 años, Billy Collins Jr, apodado como “Irlandés” por su ascendencia. Con un récord de 14 peleas, todas ganadas y 11 por KO, se enfrentó a un más experimentado puertirriqueño Luis Resto, quien había ganado 19 de sus 31 peleas. Las apuestas tenían como gran favorito a Billy Collins, cuyo objetivo era una pelea por el título mundial contra Harold Brazier. Sin embargo, los diez rounds de la pelea fueron dominados por Luis Resto, que ganó por decisión unánime. Al finalizar la contienda, todavía sobre el ring, el padre y entrenador de Collins notó algo extraño en los guantes de Resto; habían sido modificados quitándoles parte del relleno.
Collins nunca pudo volver a pelear, debido al daño irreparable que sufrieron sus ojos. Murió el 6 de marzo de 1984 en un confuso accidente automovilístico.
En julio de 1983 la familia de Collins demandó a Resto, a su entrenador Panama Lewis, a la promotora de la pelea Top Rank Boxing, a los inspectores y a Everlast, la marca de los guantes. La justicia estadounidense determinó que Everlast no tenía responsabilidad ya que había entregado los guantes en perfecto estado, y que no podía evitar que fueran alterados. También consideró que la promotora había cumplido con su rol al contratar a los inspectores, y que los mismos cumplieron con las inspecciones usuales de la época.
Reconocieron sin embargo que debía cambiar de manera urgente la manera en la que cuidaban a los boxeadores en estas situaciones, por lo que desde entonces los inspectores son mucho más estrictos al analizar los guantes y los vendajes. La familia de Collins nunca recibió ninguna compensación.
Por su parte Resto y su entrenador Lewis perdieron sus licencias de boxeo de por vida, pero solo pasaron dos años y medio en la cárcel. Durante casi veinticinco años Luis Resto buscó desligarse diciendo que no sabía lo que su entrenador había hecho, sin embargo en 2007 no solo reconoció que sus guantes estaban alterados, sino que además sus vendajes habían sido remojados en yeso. También agregó que al menos otras dos veces había peleado en las mismas condiciones. La diferencia, en este caso, es que Billy Collins Jr. resistió los diez rounds de la pelea, mientras que las otras víctimas fueron noqueadas. Pese a que Billy Collins Jr. era ampliamente favorito, hubo apuestas muy grandes a favor de Luis Resto. Fue él mismo quien confirmó las sospechas de que decidieron hacer esto junto con su entrenador debido al dinero involucrado en las apuestas.