El 17 de abril de 1974 la Selección Argentina dirigida por Vladislao Cap jugó un partido contra un seleccionado de jugadores rosarinos como preparación para el Mundial de Alemania 1974. Este combinado estaba conformado por 5 jugadores de Newell’s, 5 de Rosario Central, y uno de Central Córdoba -que jugaba en la Primera B-; el Tomás Felipe el Trinche Carlovich. Con el 3 a 0 a favor de los rosarinos, Cap se acercó a Griguol y Montes, quienes dirigían a sus rivales, y les pidió que “saquen al ‘5’ (por el Trinche) que nos está humillando, por favor...”. El partido terminó 3-1 y quedó en el recuerdo de los 35 mil rosarinos que estaban en el estadio, aunque muchos miles más cuenten haber estado ahí para ver el espectaculo del Trinche. En ese combinado rosarino había jugadores de gran categoría, como Mario Kempes, Mario Zanabria, Carlos Aimar o Daniel Killer, pero aun entre ellos la figura excluyente fue Carlovich. Fillol, arquero del seleccionado argentino dijo: enfrentamos en Rosario a un combinado de jugadores rosarinos donde se destacaba Carlovich. ¡Qué baile nos dieron esa noche, y cómo jugó ese muchacho! Un talento que hoy sería comparable a Redondo o Cambiasso, o antes quizás a la Oveja Telch. Poseía la magia que distingue a estos tres jugadores»
Ese es el partido más recordado del Trinche, el partido en el que inició el mito en Rosario. Para quienes lo vieron, es el mejor jugador que pasó por el ascenso argentino. Nunca jugó un partido de Primera División. Tuvo una carrera irregular, alternando Primera B y C con ligas provinciales. Nunca dejó el potrero, lo que le causó muchas lesiones, según dijo, con cicatrices hasta el muslo. Pero era lo que le gustaba, el juego, el potrero, ya que él creía que “con los entrenamientos el fútbol deja de ser un juego”.
En el club en el que logró ser ídolo es en Central Córdoba de Rosario. Allí tuvo cuatro etapas, entre las que sumó casi 10 años en la institución. Desde el año 2021 en las tribunas del club se encuentra una estatua del Trinche. Con el club logró ganar dos veces el campeonato de Primera C, pero lo más importante para los hinchas fue el espectáculo que daba cada semana, cuenta su jugada característica era un doble caño, al mismo jugador, es decir ‘de ida y vuelta’. Incluso hinchas de otros clubes iban a verlo jugar cada fin de semana, entre ellos, Marcelo Bielsa. Tal era el fenómeno Carlovich en Rosario que cuando Maradona llegó a Newell’s y le dijeron que el mejor jugador llegaba a la ciudad el respondió: «Yo creía que era el mejor, pero desde que llegué a Rosario escuché maravillas de un tal Carlovich, así que ya no sé...».
Uno de sus mejores partidos, según el propio Trinche, fue contra Milán en el estadio Malvinas Argentinas. Los italianos llegaron con todos sus titulares, figuras cómo Gianni Rivera, o promesas como Franco Baresi. Venían de ganar la liga italiana después de 11 años. 4 días antes del partido, Álvaro Gasparini -el DT de los italianos- murió a sus 40 años de un paro cardíaco, pese a lo cual los italianos se presentaron a jugar. Andes Talleres de Mendoza llamó al Trinche, que estaba jugando en Deportivo Maipú, y a otros jugadores destacados de la provincia para jugar ese día. El partido fue parejo, el equipo mendocino se encontraba perdiendo 2 a 1 hasta el ingreso del Trinche, que según dices las crónicas de los diarios, cambio el partido y fue figura. Terminó ganado Talleres por 3 a 2, con dos goles generados por Carlovich. Después del partido lo fueron a entrevistar y dijo: “Hice lo que me gusta: tocar, meter caños, tirar túneles, como a mí me gusta. Se podía jugar paradito”.
Quizás la magia del mito del Trinche radica en que no haya partidos televisados, ya que jugó entre 1971 y 1988, época en la que el fútbol de ascenso recibía muy poca atención mediática. Recién el 8 de mayo de 2020 (dos días después de su muerte) apareció un video
con el primer partido completo del Trinche, cuando un archivista acercó a un diario la primera final de la Liga Regional Adrián Beccar Varela, disputada en octubre de 1988, año del retiro del Trinche, ya con 42 años jugando para Argentino de Monte Maíz, contra Lambert, que resultaría campeón.
El mito no dejo de crecer, aunque el mismo dijera: “Acá en Rosario se han inventado un montón de cosas acerca de mí. Pero no son verdad... A los rosarinos les gusta contar cuentos. Algún caño habré hecho, pero no es para tanto.”