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Nuestro amigo el Escorpión

Por Omar Capurro*

Jugar a la pelota en las ruinas del club El Tropezón, la barra de la esquina, los chicos del

colegio, la vieja casona, los asaltos, la cancha, mi adolescencia en Lomas de Zamora, la

pasión por nuestro equipo de fútbol. Imposible no verse identificado con los relatos del libro Mi amigo el Escorpión de Juan Pablo Trombetta. Las ruinas de la Peni, los pibes de la plaza, los chicos del colegio, el túnel del Maldonado, los lentos con la chica que te gusta, los picados, el barrio de Palermo, la cancha de Boca. Más allá de la edad de cada uno, difícilmente no se vería identificado con esas historias. Como nos cuenta Juan Pablo en la introducción de su libro, una sudestada lo encontró en su casa del bosque de Mar de las Pampas escribiendo… escribiendo día y noche sin poder parar. Y así el libro, como una tormenta, me encontró a mí leyendo… leyendo sin poder parar. Esa fue la primera conexión entre el autor y el lector desprevenido, que no tenía referencias sobre la novela. Me atrapó capítulo a capítulo, emocionándome con cada historia vivida por estos pibes que bien podríamos ser cualquiera de nosotros. De aquella primera lectura donde me dejé llevar por la melodía de las palabras, de esa manera simple en el manejo del idioma que tiene Juan, con una simpleza eficaz para que el lector pueda absorber las emociones. Y desde allí poder pasar a una segunda lectura con una mirada técnica, dándole paso al director de Teatro; y no me llamó la atención el hecho de que a pesar de conocer la historia no dejaba de emocionarme, muchas veces hasta las lágrimas, con las ahora posibles escenas que nos permitan contar la historia. En plena temporada 2019, con la decisión tomada de montar una obra teatral a partir de los personajes del libro, comenté el proyecto al actor Daniel Gándara, con quien convinimos que dos actores desarrollaran los diferentes personajes. Y como desafío tanto él como yo haríamos una dirección desde dentro de la escena, para lo cual necesitábamos una mirada externa que nos asistiera en la dirección. Así convocamos a Carolina Kletzel, todo esto sin todavía escribir el guión. Marzo de 2020, Covid-19, pandemia, cuarentena. Lejos de ver el proyecto postergado, con toda la incertidumbre que manejábamos en esos días, comencé a trabajar en el guión y la puesta en escena, para la cual convocamos a locutores para desarrollar noticias radiales de época. Entonces fue que se integraron al grupo de trabajo la cantante y locutora Irina Lucero y el actor y locutor Eduardo López. Así quedó conformado el equipo de trabajo con el cual comenzamos en mayo de este año los ensayos vía zoom, y a partir de la aprobación de los protocolos para espacios culturales y producción, nos permitieron desde septiembre comenzar con los ensayos presenciales. Fue un año de arduo trabajo. Al tratarse el teatro de una actividad de cuerpo presente las reuniones por zoom no eran lo ideal, pero el uso de esa tecnología nos permitió avanzar en lo que en teatro llamamos el trabajo de mesa, búsqueda y filosofía de los personajes, el cómo lo digo, los subtextos y, lo más importante, la conformación del grupo de trabajo. Todo esto bajo la libertad explícita que nos diera el autor de la novela

para seleccionar las escenas, según el criterio del dramaturgo para poder desarrollar la historia sin perder su espíritu.

Nuestro amigo el Escorpión formará parte de la grilla teatral de los teatros geselinos con

funciones confirmadas en el Teatro municipal todos los lunes de enero y febrero a las 22:30 hs, y con fechas a designar en la Sala teatral de la Casa de la Cultura del Polo cultural, en la vieja terminal de ómnibues (3 y a140) en el sur de Villa Gesell.

* Actor, director y dramaturgo geselino.

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