- Juan Pablo Trombetta
Veinte años no es nada...Por Rodolfo Ravier
¡Y si es la pura verdad!
Parece ayer aquel cinco de mayo del año 2001 en el que se firmó el acta fundacional del paseo Sendas del Encuentro.
Acto que sin duda alguna marcaría el rumbo de nuestro centro comercial.
Y sí, un tres de mayo del año 2021 conocí a Leo y a Santi. Los que de la mano de mi querida amiga Marcela de Ovando vinieron a mi casa de Luján en medio del campo en plena pandemia (con el debido distanciamiento social). Surgió la firme idea de poner en valor el Paseo de los Rosales, que al momento era la viva imagen de la decadencia.
Ese momento me trasladó a dos décadas atrás, donde el esfuerzo desmedido de haber realizado Sendas, aún en medio del dichoso «corralito» y la crisis del 2001, permitió a un grupo de locos lindos inaugurar en enero de aquel año a esa maravillosa obra para a brindar a los turistas servicios de calidad inexistentes en esos días.
Hoy lamentablemente la realidad de nuestro país parece no haber cambiado o, mejor dicho, quizás hasta haber empeorado. Pero la existencia de gente muy particular es evidentemente la mayor fortaleza de nuestro lugar en el mundo.
Es claro que por esta razón hoy, y a pocos días de habernos conocido, el nuevo destino del paseo se ha puesto en marcha, con enormes valores agregados. Hoy el Paseo del Atajo es una realidad y vino a consolidar el crecimiento y puesta en valor del sector comercial de la calle Santa María y la peatonal Miguel Cané.
Los nuevos propietarios, a la sazón vecinos casi residentes, comprendieron el concepto fundacional de Sendas del Encuentro. Desde el inicio logramos interpretar en conjunto esa lógica urbana y motorizarla de inmediato
Y como fuera en su gestación, aquí también se privilegió el uso del espacio público como baluarte ideológico desde la cesión de lo privado a lo público. Eso es fundamental para dinamizar los usos comerciales.
De allí y en muy pocos días la totalidad de locales disponibles -luego de su generoso rediseño y sin haberse iniciado aún las obras- se ocuparon. Para gran alegría de todos nosotros con «marcas» de calidad y trayectoria probada en nuestra localidad.
Este proceso generó, como es habitual, un efecto de contagio positivo que se extendió a los paseos vecinos; los que sin duda también requieren de una lógica puesta en valor luego de 20 años. Ya se ha generado un imprevisto e importante cambio de marcas y rubros que van a contribuir a una mejor y más variada propuesta comercial, muy importante en este momento de crecimiento y repotenciación turística en Mar de las Pampas
Por último, y quizás lo más importante a los efectos del bien común, fue la puesta en valor del enorme espacio verde con frente a Santa María, al haberse cedido en forma natural los 300 Rosales -que dieron origen al nombre del paseo- a la iglesia, bajo la lógica de reintegrar a la comunidad algo que ya formaba parte del bien urbano.
Además respondía a una lógica, pensando que la señora que las plantó tantos años atrás, también fue quien llevó la imagen de nuestra patrona local, de manera que hoy están juntos ambos elementos en un todo indisoluble
De esta forma se pudo redescubrir este espacio urbano en su verdadera magnitud y vislumbrar muy claro su potencial. De ahí en más fue todo vértigo, sumatoria de energías y arduo trabajo por parte de muchos.
Todo se concretará con la idea de la plaza de la música, ideada por Pedro y nuestra querida Fundación Mar de las Pampas en concierto, en el sector de la esquina colindante con la Pinocha. Leo y Santi en forma inmediata se sumaron a la idea de colaborar con el municipio, el cual representado por el Arquitecto Carlos Larre y nuestra querida vecina Loly Pagano, permitió que casi sin darnos cuenta hubiéramos iniciado una idea claramente superadora, que fue El Camino del Arte Juan Forn.
Creo que por la importancia de este tema, y su trascendencia para nuestra comunidad, merece ser tratado en forma particular en otra nota
Y además creo haberlos cansado con tanta perorata.
Como dije al inicio, veinte años no es nada, pero es evidente que han dejado una huella muy valiosa para todos nosotros dado que aún después de tanto tiempo sigue convocando la energía de muchos, pero muchos, locos lindos.